Toni Marin

Toni Marín
Profesor de Bachillerato y Director Técnico responsable
del asesoramiento en el proceso de acceso a universidades españolas

 

Dualidad, constante cosmológica, determinismo versus incertidumbre son conceptos cuánticos que son aplicables a la educación según mi visión. 18 años de experiencia avalan mi teoría: durante estos años enseñando he aprendido, evolucionado y adquirido una visión global de cada una de las promociones que han pasado por mis aulas.

En mis primeros años como docente mi prioridad era la de alcanzar la excelencia académica de mis estudiantes, algo que sigue estando muy presente hoy día. Pero además es necesario compatibilizarlo con un aspecto mucho más amplio: me resisto a promocionar únicamente una educación lineal en el sentido de aportar el conocimiento que debe adquirir el estudiante y punto. Para mí, la parte realmente importante y emocionante del proceso de enseñanza es la de dirigirnos hacia una educación dimensional en la que se entrelazan los conocimientos con variables de vital importancia como son la mirada, el vínculo, el dinamismo y la incertidumbre entre otras.

 

La mirada cuántica

 

En el mundo cuántico existen absolutamente todas las posibles realidades que podamos imaginar tal y como representa la paradoja del gato de Schrödinger, pero solamente una de ellas se materializará como tal en el momento que observemos dicho mundo, es decir, el observador será decisivo en la realidad que se encontrará.

De igual forma y estableciendo una analogía con la educación vemos que funcionan exactamente las mismas reglas. La óptica con la que miramos los docentes a nuestros estudiantes en gran medida será determinante en la forma en la que ellos se perciban a sí mismos. La confianza de un estudiante en sí mismo requiere de forma irrevocable la confianza del profesor hacia su alumno.

La observación produce el tránsito de la realidad cuántica a la realidad clásica, este primer punto de encuentro entre estudiante y docente será el eje central del proceso educativo.

 

La dualidad (entrelazamiento cuántico)

 

Otro concepto interesante de la Física es la dualidad. En el universo todo se presenta por pares y nunca encontraremos una carga eléctrica positiva aislada, sino que siempre será resultado de la existencia de una negativa, al igual que encontramos otros muchos pares como la materia-antimateria, dualidad onda-partícula de la luz y materia, fuerzas de acción-reacción, etc.

En educación también encontramos esta dualidad: no existe la enseñanza sin el correspondiente aprendizaje, no podemos concebir el profesorado sin el alumnado, es un par que está estrechamente vinculado.

El entrelazamiento cuántico demuestra que si colocamos dos fotones entrelazados en dos puntos alejados del universo y a uno de ellos se le somete a un proceso físico como es la polarización, es decir la vibración preferencial del campo eléctrico en una sola dirección, el otro fotón recibe la información y también se polariza “por simpatía”.

Este fenómeno se produce también en educación: el vínculo entre el docente y estudiante es real y hay que tenerlo presente para que se produzca de forma adecuada ya que es un proceso que requiere de tiempo y unas condiciones específicas tal y como se explica en el libro del principito en su vinculación con el zorro.

 

La constante cosmológica

 

Al igual que Aristóteles defendió la idea de un cielo inmutable, Einstein se aferró a la idea de un universo estático y para ello introdujo una constante cosmológica en sus ecuaciones que más tarde reconoció que fue el mayor error de su vida, ya que, Edwin Hubble demostró en 1929 que el universo estaba en continua expansión.

En educación no existe nada estático, todo está en continua evolución, nuestros estudiantes aprenden y evolucionan al igual que nosotros como docentes lo hacemos con ellos.

 

Determinismo vs incertidumbre

 

La mecánica de Newton establece que, una vez conocidas las condiciones iniciales del sistema, en concreto magnitudes como la posición y la velocidad, podemos conocer su evolución en el tiempo. Esto dio lugar a una corriente filosófica conocida como “El determinismo”. En el año 1927 el principio de incertidumbre de Heisenberg que descartaba la posibilidad de medir con precisión la velocidad y posición de una partícula atómica supuso una revolución en el pensamiento filosófico.

La medición y cuantificación del estado inicial de un estudiante no puede determinar cuál será su evolución temporal precisamente porque es imposible medir con precisión su estado inicial debido a que, a menudo, las dificultades académicas enmascaran otros problemas de fondo de índole personal, familiar, madurez, etc. Es importante que, independientemente de la situación presente de nuestros estudiantes, les transmitamos que tienen abiertas todas las posibilidades; de esta forma, evitamos su clasificación y por tanto la determinación del camino a elegir. Se trata de un proceso personal en el que nuestra labor es de acompañamiento.

La educación requiere de personas disponibles, entregadas a su profesión y con un alto nivel de conciencia para detectar todas estas variables que influyen en una etapa vital en la formación académica de nuestros estudiantes y, lo que es más importante, en su formación como personas.