Charlotte Tucker

Responsable de la etapa de Educación Infantil

 

Como líder de EYFS (Early Years Foundation Stage – Etapa de Educación Infantil), una de las partes más gratificantes de mi labor es presenciar esos momentos mágicos en los que el aprendizaje “encaja” para un niño: cuando resuelve un problema, expresa una idea o comparte con orgullo algo que ha creado. Estos momentos pueden parecer fugaces, pero representan un aprendizaje profundo, crecimiento y alegría. La observación nos permite capturar y celebrar estas experiencias. Es la manera en la que llegamos a comprender a cada niño como individuo: sus intereses, sus necesidades y su forma única de ver el mundo. Pero quizá lo más importante es que la observación nos ayuda a conectar a las familias con el camino de aprendizaje de sus hijos, creando una historia compartida que se desarrolla con el tiempo.

Observación: el corazón de la práctica en Infantil

En EYFS, la observación es mucho más que un requisito: es la base de una enseñanza sensible y centrada en el niño. A través de la observación vemos lo que los niños pueden hacer de forma independiente, cómo abordan los retos y qué es lo que realmente les entusiasma. Esta información nos permite planificar los siguientes pasos de manera significativa y ofrecer evidencias auténticas del progreso: no solo lo que el niño ha logrado, sino cómo está aprendiendo.
La observación se vuelve aún más poderosa cuando trasciende el aula y llega al hogar.

Compartir el aprendizaje: un puente entre el colegio y la familia

Cuando compartimos observaciones y fotos con las familias, no estamos simplemente enviando actualizaciones: estamos invitando a los padres y tutores a formar parte activa del proceso de aprendizaje. Cada imagen, nota o breve vídeo se convierte en una ventana al mundo del colegio, mostrando la curiosidad, la perseverancia y la alegría que impulsan su desarrollo.
En un colegio internacional, donde las familias provienen de entornos culturales y lingüísticos diversos, estas ventanas compartidas resultan especialmente valiosas. Ayudan a crear un sentido de conexión, pertenencia y confianza, incluso cuando el inglés no es la lengua materna de la familia.

Los niños prosperan cuando el colegio y el hogar trabajan de la mano. Una foto de un niño experimentando con pintura puede inspirar una actividad artística en casa. Un vídeo del niño recontando un cuento puede animar nuevas rutinas de lectura antes de dormir. Cada observación compartida se convierte en un punto de partida para la conversación, fortaleciendo la alianza familia–colegio y ayudando a los padres a sentirse más cerca de esos momentos de aprendizaje cotidiano que no siempre pueden ver.

Las familias como coautoras del camino de aprendizaje

En EYFS reconocemos a los padres como los primeros y más influyentes educadores de sus hijos. Sus ideas y observaciones enriquecen nuestra comprensión de cada niño y garantizan que el aprendizaje se sienta relevante y holístico. Animar a las familias a compartir lo que observan en casa —una nueva habilidad, un interés especial o un momento del que están orgullosos— nos ayuda a construir una imagen completa del desarrollo del niño.
Este intercambio bidireccional crea un sentimiento de corresponsabilidad en el proceso de aprendizaje y refuerza la idea de que la educación no empieza ni termina en la puerta del colegio.

Capturar el aprendizaje con propósito

La tecnología ha hecho que registrar y compartir el aprendizaje sea más fácil que nunca, pero nuestro enfoque debe seguir siendo la calidad por encima de la cantidad. Una observación bien elegida cuenta una historia rica, mostrando no solo lo que el niño ha hecho, sino lo que ese momento revela sobre su confianza, su progreso o su curiosidad.
Cada foto, nota o vídeo debería invitarnos a reflexionar:
• ¿Qué me está mostrando el niño sobre su aprendizaje?
• ¿Qué ha disfrutado o qué le ha resultado un reto?
• ¿Cómo puedo construir a partir de esto?

Compartir estos momentos también invita a las familias a reflexionar:
• ¿Qué observan ellas en su hijo?
• ¿Cómo se conecta esto con lo que ven en casa?

La visión global: conexión, comunicación y celebración

La observación no es solo una herramienta de evaluación: es un medio de conexión. Nos permite comunicarnos con las familias de una manera que celebra el crecimiento, valora la individualidad y hace que el aprendizaje sea visible. Cuando educadores y familias comparten la responsabilidad de observar, documentar y reflexionar, los niños ven que su aprendizaje importa a todos los que les rodean. Comienzan a sentirse orgullosos de sus logros, a hablar de sus experiencias y a verse a sí mismos como aprendices capaces y seguros.

En un entorno internacional, esta celebración compartida del aprendizaje también construye comunidad. Familias de diferentes orígenes y lenguas se unen con un propósito común: potenciar el desarrollo de cada niño.

En resumen

El poder de la observación en EYFS reside no solo en ver a los niños con claridad, sino en compartir aquello que vemos. Cuando capturamos el aprendizaje de manera intencional y lo comunicamos significativamente a las familias, fortalecemos la alianza que amplifica la experiencia de cada niño.
Juntos —educadores, familias y niños— creamos conjuntamente una historia viva de crecimiento, descubrimiento y alegría.